viernes, 2 de septiembre de 2016

ESPACIOS PARA ADOLESCENTES Y NO TAN ADOLESCENTES


APRENDER DIFERENTES MANERAS DE HACER QUE TU HIJO SE SIENTA BIEN EN SU CASA EN UN MOMENTO TAN COMPLICADO COMO LA ADOLESCENCIA. 

La adolescencia, ¡qué periodo tan difícil! Aunque a veces se compliquen las cosas porque ahora os cuesta más que antes entenderos, también puedes ayudarle a hacer que se sienta bien en casa. Que inviten a sus amigos a dormir, cambien de gustos de ropa o se preocupen más por la imagen es lo más sano que puede pasarles. Es muy importante que sus cambios se vean acompañados de una habitación adaptada a ellos en la que puedan refugiarse. Así, todo quedará listo para que dentro de un tiempo hagan un primer paso hacia la edad adulta. 
La carrera de hacerse mayor, la adolescencia… ¡Qué cambios! Perderse dentro de un cuerpo inexplicable, de una mente que de repente empieza a ver las cosas de otra manera. Ahora, tu hijo te necesita más que nunca. Debes ser su mejor amigo pero desde la lejanía, sin que él lo note. Porque tú le entiendes más que él mismo.



La escuela del buen adulto
El periodo de aprendizaje para ser un buen adulto empieza en la adolescencia. El momento en el que los juguetes se quedan en el fondo del baúl y la ropa, la música y los aparatos electrónicos empiezan a ser objetos de deseo. Ese momento en el que pasar tiempo con los amigos empieza a ser más importante que pasarlo con la familia.
El paso de niño a adulto es un salto largo y nada llano. Ni para ti, ni para ellos porque empiezan a ser más críticos con los padres, con ellos mismos y con todo lo que les rodea. Pasarse horas delante del espejo probando nuevos estilos y peinados es lo más normal. Su cuerpo cambia y es difícil controlarlo, igual que les sucede con las relaciones personales.



¿Qué puedes hacer para que la pubertad sea menos pubertad?
Dejar que se expresen en su propia habitación. Quizás no compartís los mismos gustos y los suyos pueden parecer un poco estrafalarios. Calma, es solo una etapa.
Es normal que prefiera pasar más tiempo en su habitación juvenil que en los espacios comunes: un espacio para jugar tanto físicamente como con juegos de ordenador ayudará a que su habitación sea un lugar ideal para crecer.
Deja que sus amigos vengan a casa y se sientan cómodos en ella: piensa en un espacio multifuncional con asientos cómodos o almohadas para relajarse o quedarse a dormir.
Es una fase donde los gustos van y vienen y donde la ropa rápidamente se queda pequeña. Piensa en muebles flexibles que puedas ir cambiando o añadiendo para adaptarse a su desarrollo físico y personal.
Usará muchos productos para el cuidado personal para luchar contra granos y espinillas y ser el más guapo o la más guapa de clase. Crea un lugar donde pueda guardarlos ordenadamente y piensa en un gran espejo en el que pueda verse.
Los cambios en la habitación de tus hijos cuando se hacen mayores son muy importantes. Tener su propio espacio para tener intimidad, una zona cómoda para estudiar y la tranquilidad para estar con sus amigos es fundamental. 

  • La cama para invitados. Pasar tiempo en su dormitorio con sus amigos es muy importante a estas edades. Una cama escondida es el as bajo la manga cuando el Plan B es… ¡Quedarse a dormir! 
  • Cajas para sus secretos. La privacidad en la adolescencia es una cosa muy seria. Les gustará esconder todos sus secretos en cajitas. Y tienen muchos, así que ¡cuanto más grandes mejor!
  • Minicómoda para pequeños objetos. Una minicómoda es la solución perfecta para guardar todas sus chucherías, abalorios, notitas y recuerdos especiales a salvo de las miradas curiosas de papá y mamá.
  • Muebles personalizables. Deja que expresen su personalidad, ¿por qué no decorando sus propios muebles?


 El orden que regala tiempo
Los adolescentes crecen con ganas de comerse el mundo y mantener el orden de su habitación no es uno de sus objetivos a corto plazo. Para evitar que se les amontone una pila de ropa tan enorme como sus prisas pónselo fácil y enséñale que guardarla al instante solo va a ser un momento.
Llega una edad en la que tus hijos empiezan a tener muchas cosas en la cabeza y esto hace que las cosas más pequeñas pasen a un discreto segundo plano.



Habitaciones que crecen
Una habitación juvenil preparada para que se hagan mayores
Tus hijos crecen y sus muebles deberían hacerlo con él (con ellos). Nuevas aficiones, actividades y necesidades van a llegar a su vida cada vez que cumplan años.

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